Siempre pensé que toda mujer me negaría el amor aunque así lo jurase, aunque lo perjurase o que lo pidiese a la misma Afrodita, pero me equivoqué. Nadie como una medio alemana, medio polaca fuese la que me tocó el corazón con el alma, que me penetrase el alma con su mirada, o que con una sola caricia me hiciese sentir la persona mas afortunada del mundo. Me siento afortunado de tener a esa persona con la que puedo compartir mis gilipolleces o tan solo quedarme mirándola mientras duerme, es ella, mi princesa. Es esa niña de 18 años con la que me veo en un futuro con una familia, con una casa en la que envejecer y ser felices hasta que lo único que nos puede separar nos separe aunque siempre quede en el recuerdo, sería imposible olvidarla. Pero hay algo que nunca olvidaré y es que ella, ha sido la persona que siempre ha apostado por mi, por esos momentos que aunque todavía hayan sido pocos, se multiplicarán por 10000 en todo lo que queda de existencia. Ya no es cuestión de querer, sino de necesidad de estar a cada instante con ella. Por eso estoy orgulloso de decir que desde un 22 de agosto de 2013 ella es, fue y será la princesa que siempre quise coronar. La amo y eso no lo cambiará nunca.
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